lunes, 19 de marzo de 2007

Instructivos para los usos de las ciudades del milenio en curso

Una ciudad (cualquier ciudad) no es sólo una necesidad, o una fatalidad cultural: por el contrario, también puede convertirse en un arma, en un instrumento de transformación. Ahora bien ¿bajo qué instructivo? ¿Cómo “usar” una ciudad? Ya sabemos que no basta con pensarla, analizarla, teorizarla, sino con inventarle nuevos usos. En esta dirección, las prácticas artísticas contemporáneas ensayan caminos y métodos para comenzarle a dar forma a las respuestas.
Jorge Macchi propuso otras miradas interactivas y a la vez analógicas sobre los modos de circulación: cómo ver y que ver, propuestas para la construcción de un flâneur a principios del Siglo XXI; formas poéticas de desregularizar los sentidos y proponer desvíos de atención, suerte de revisión de prácticas psicogeográficas y situacionistas. La obra se expuso en la Bienal de Estambul y forma parte de la colección del Malba.
Gerardo Mosquera, por el contrario, repensó curatorialmente las políticas urbanísticas de una mega exposición superponiendo y potenciando formas de avance. Como en las exposiciones universales de hace más de un siglo, retomadas oportunamente por el esquema de la Bienal de Venecia, distintos tipos de ensayos de diálogo planetario por el arte fueron apropiándose del diseño de estrategias donde la ciudad funciona al modo de sistema operativo.
La imaginación sobre las ciudades fue desarrollándose en diferentes direcciones a lo largo de las décadas: si uno de los núcleos duros del imaginario modernista fue sin dudas Metrópolis de Fritz Lang, no lo fueron menos las alucinantes propuestas de Francesco Salamone, confeso fan del primero así como Osamu Tezuka, quien como nos recordó Flavia Da Rin, realizó su propia versión del clásico.

Hace muy poco, Jaime Iregui de Esfera Pública (Bogotá) retomó para un ensayo muy recomendable (Ensueño y vulnerabilidad) el siguiente párrafo de Personas en Random sobre muy próximos y diferentes usos para las ciudades:

"Una hipótesis sobre el futuro de las ciudades ya inscrito en el presente sería la siguiente: coexisten las ciudades museos (Venecia sería un ejemplo de esto) con las ciudades de tránsito: urbes que funcionan como un gran hotel de personas que se desplazan permanentemente de aquí para allá. La contemporaneidad ya no parece ser propiamente cosmopolita (la diversidad en un único sitio) sino generadora de un tránsito nómade. Por supuesto, un modelo se opone al otro, crea diferencia. Quizá en este momento ambos sean necesarios: tanto como en la Bienal de Sao Paulo se superponen dos modelos para entender el arte –en la misma dirección en que lo plantea Larry Shiner en La invención del arte-: al esquema central se le formula y presenta la Paralela, una exposición donde la presencia curatorial se enfatiza en un montaje clásico; una imperdible muestra de artistas brasileños sin un concepto central. Un muy buen catálogo de producción formal y actual. Una Bienal quizá sirva como modelo para discutir y analizar estos usos."

A estas opciones viene a sumarse ahora un síntoma a tener muy en cuenta: el plan para convertir a Rosario en la primera Ciudad Digital de Argentina. El La Nación de hoy, leemos en un artículo del siempre inquieto Rafael Bini:

No faltan muchos años para el 2010. Para entonces, si la decisión política de sus gobernantes se hace realidad, Rosario se habrá transformado en la primera ciudad digital de la Argentina. En los hechos, esto significa implementar dentro de su ámbito urbano un sistema de comunicación inalámbrica a la Red que pueda ser utilizado sin costo por los habitantes que posean una PC con conectividad Wi-Fi. Pero además significa un desafío mayor para la ciudad santafecina, el de generar un ambiente propicio para el desarrollo de la Sociedad de la Información, más allá de las desigualdades sociales”.

Si las políticas del Centenario transformaron a Buenos Aires en una ciudad moderna, las del Bicentenario convertirán a Rosario en una Ciudad Digital.
Si hasta hace poco pensábamos la ciudad como soporte de obra, la digitalización nos abre a novísimos y amplios territorios de prueba.

Mientras esperamos, propongo visitar Ciudad C.A.O.S, video performance realizada por Tamatz Juanez y su escuadron mutante, colectivo multimedia de la Ciudad de México.