sábado, 9 de agosto de 2008

¿Quién te soporta?

¿Cuánto durará el iPod?
¿Cuánto le debe cada época a los diversos soportes que vehiculizan sus artes?
Días atrás, un amigo de toda la vida reflexionaba, con respecto a las quejas por las masivas bajadas ilegales de discos de internet: “¿hace cuánto tiempo que existe el disco de pasta? ¿y las cintas? ¿y el vinilo? ¿y el cd?

Digamos que todo el ciclo dura poco más de ciento treinta años, si consideramos su origen más fructífero en el invento de Edison, en 1877. ¿Y hace cuantas décadas que la industria del disco comenzó a ser un negocio multimillonario? ¿Cinco? ¿Seis? Por otra parte ¿cuánto tiempo hace que existen los músicos y la música?”.

Enseguida me vino a la cabeza cuando William Burroughs y Brion Gysin definieron a los maestros Jajoukas como una banda de rock de 4000 años de antigüedad. ¡4000 años!

Es como cuando Yuyo Noé aclara que “si llamamos pintura a una tradición que nace en el Renacimiento, sin dudas esa tradición está acabada. Pero si la referenciamos a lo que viene haciéndose desde las cuevas de Altamira y Lascaux, entonces el movimiento sigue su marcha”.

Sigo tomando nota. Ayer releía en el número de Wipe de mayo: “La historia del vinilo se remonta a principios del siglo pasado. El material que hoy denominamos vinilo fue descubierto en 1912 y patentado en 1925, aunque el destino de éste no eran precisamente los discos, sino las cortinas de baño y los trajes para el agua. Recién en 1948 la compañía CBS introdujo definitivamente los LP de 12 pulgadas. A mediados de los ’50 las dos velocidades que son utilizadas actualmente fueron normalizadas y en 1957 comenzaron las grabaciones en formato estéreo”.

La relación de la música (sus conceptos, distribución y consumo cultural) permanece íntimamente vinculada a sus soportes. Dicho de otro modo, se trata de distintas formas de almacenamiento y dinámica de uso del material sonoro. Escuchamos según parámetros musicales que guardan un vínculo estrecho con la poética de sus soportes.

Mi cuaderno se llena de fechas. El rock, a pesar de lo que diga Burroughs, no nace hace 4000 años sino con los discos de vinilo (Elvis publica su primer disco en 1954, Rock Around The Clock, de Bill Halley, es de 1955). El último disco que tuve (no lo compré, me lo regalaron ni bien se editó) fue Fin de semana salvaje, de Los Brujos.

¿Hubo muchos más en Argentina? Era fines 1991, contemporáneamente al primer recital –en Adrogué- de los recién formados Babasónicos, una de las primeras bandas que grabó directamente en cd, formato creado en 1979 pero recién comercializado masivamente en esta fecha. Entonces yo ya tenía reproductor de cd, pero seguía comprando vinilios.
¿Hace cuánto que venimos hablando de la muerte del cd?
Cuando Los Brujos se convirtieron en la primera banda argentina en tener un sitio web, la primera versión de Napster todavía no existía.

Las cronologías comparadas me aceleran. Es la historia de mi vida –y la de tantos cogeneracionales- contada desde otro escorzo. El cassete aún sigue fabricándose, por lo cual resulta más longevo que el vinilo (el comienzo de su comercialización está fechado en 1963, el año en que The Beatles grababan su primer disco, Please, please, me). Sus orígenes están fechados poco más que tres décadas antes. El ingeniero Fritz Pfleumer patentó la cinta magnética en 1928, pero recién siete años después el magnetófono se presentó como novedad absoluta en la Exposición Radiotécnica de Berlín.

¿Cuánta vida tendrá el formato mp3? El iPod, lo mismo que el iPhone, son herramientas anfibias. Cyberespacio de bolsillo. La web sigue reformulando la cultura rock en todos sus aspectos.

Sigo anotando. Por ejemplo, de James Brown podríamos decir lo mismo que de Sandro Botticelli: el futuro los reinventó. Produjeron para otra época. Frank Kermode narra de manera magistral la canonización de éste último a principios del siglo XX en la primera parte de un libro imperdible: Formas de atención (1985). Si el maestro florentino fue ignorado durante muchos siglos, la recepción del clásico que puso en escena todas las posibilidades de un género en expansión como el funk (sí, sí, me refiero al tan contagioso Sex Machine) éxito en 1970, fue redimensionado y revalorado en su justa medida más de veinte años después, cuando se convirtió en uno de los temas más sampleados de la historia de la música. Visión de paralaje, James Brown y el sampler no parecen ser sino dos caras de la misma moneda.

Hace tres años no usábamos Youtube. Hoy todas las tradiciones del rock comienzan a remixarse: tenemos acceso a todo. Por lo menos tres amigos me comentaron en el último año que dedican mas de una hora al día a descubrir antiguos videos desconocidos para ellos en la web.

Hasta no hace mucho conocíamos la discografía completa de unas cuantas decenas de bandas y solistas y del resto sólo algunos álbumes y temas. Tanto tenemos ahora a nuestro alcance que no nos alcanzan las horas para conectarnos con todos los presentes y todos los pasados que entonces conocimos parcialmente y ahora permanecen a nuestra disposición. Es infinitamente menos lo que no ubicamos que lo que encontramos.

Buscar ya fue. En ese sentido todos somos Picassos.

Las tradiciones existen para ser utilizadas. Y los nuevos soportes de almacenamiento y distribución nos permiten entrar en contacto y servirse de ellas de tantos modos, que más que nunca confeccionar mapas –por mas provisorios que sean- resulta por demás fundamental.

Frank Kermode: “La relegación de la teoría a un olvido parcial puede a veces estar disminuida, en la medida en que las instituciones poderosas pueden, hasta cierto punto, disminuir el cambio temporal. Pero por lo general es rápido y su uso es principalmente la consolidación de alguna obra de arte, tal vez sólo en su explicación de por qué es canónica, por qué debería requerir distintos intentos en la interpretación. Existe aquello que Donne denominó ‘las cosas sin importancia, cuestiones de hecho’ (…) Pero éstas no pueden mantener la vida de una obra de arte de una generación a otra. Sólo la interpretación puede hacerlo y puede estar sujeta a error tanto como la opinión ignorante que cuestionó por primera vez a Botticelli entre los eruditos”.